miércoles, 16 de diciembre de 2009

Ab ore ad aurem

Sabía que podría ser la última vez en algún tiempo, seguramente un mes o dos, un año o dos. Sabías que era la última vez en algún tiempo, seguramene un mes o dos, un año o dos.
Sabías que ya no era igual,  ya no te buscaba. Ni mi mirada, ni mi corazón estaban detrás de tus pasos; era fácil darse cuenta de que mis sentimientos probablemente eram los mismos, no como antes pero seguían siendo iguales... a su manera, a mi manera.
Sabía que no confesarías lo que sea que piensas, sabía que de tu boca no saldría lo que esperaba oir, no hoy; no en este momento.z
Sabías que estaba ahí, a pocos pasos, grandes pasos, pasos que sabías que no darías, no hoy; no en este momento.
Sabías que no era el momento, querías pensar que no lo era, así no tendrías que dar los pasos, que pronunciar las palabras, que avanzar, por que siempre crees tener la razón, sabías que la tenías aunque no esté de acuerdo, aunque no estés de acuerdo.
Sabía que podía dar los pasos, pronunciar las palabras, sabía que no lo haría, no por razón, ni por lógica. Sabíamos que no lo haría por cobardía, por que sabemos que yo si acepto tenerla.
Sabíamos que yo no me escondo detrás de la razón, ni de la lógica, ni de los pasos, ni de las palabras. Sabemos que yo me escondó detrás de mi misma, sabemos que tu no quieres aceptar que también te escondes.
Sabíamos que no avanzaríamos, sabíamos que todo sería igual, como siempre, como todos los días, como cada vez que pienso en tí, como cada vez que te permites pensar en mi. Lo sabíamos, pero aún así yo no miré hacia atrás pero tu si me viste partir.
Sabíamos que no alientas lo que pasa por tu mente, sabíamos que la soy única que alienta pensamientos efímeros de sentimientos que no quieren morir. Yo lo sé y tu siempre crees saberlo, pero aún así, me reusé a verte, no volteé para darte una última mirada de adiós.
Sabíamos que existe, sabíamos que lo dejé salir y sabíamos que lo llevas dentro, sabíamos que estoy ahí, aún cuando me das la espalda. Sin embargo, tu esperaste mi mirada, la que siempre llega pero ese día se rehuso a salir.
Sabías que una palabra haría que me quedara, sabía que una palabra no me permitiría irme, lo sabíamos.
Sabíamos que podría ser la última vez en algún tiempo, seguramente un mes o dos, un año o dos. Sabíamos que era la última vez en algún tiempo, seguramene un mes o dos, un año o dos. Te rehusaste a decirlo pero miraste y esperaste el último paso, la última mirada que por primera vez me permité no responder.